miércoles, 7 de agosto de 2013

LAS VENTAJAS DE SER UN PRINGAO

 Por fín una película que supera con creces el libro¡¡¡¡¡¡. En realidad el título de la obra es" la suerte de ser un pringado" o también wallflowers, como el grupo del hijo de Bob Dylan  que comparte apellido y nada de talento con el judío ronco de Minnesotta. No voy a hablar de la buena dirección ni del nombre de los actores porque aquí triunfa el guión. Que nadie espere una película típica americana para post-adolescentes o pre- mamas de la MTV. Esta es una película, no sin sus grandes golpes de humor, muy seria sobre los sentimientos con mayúsculas. En un mundo estereotipado y rígido, como era la sociedad burguesa norteamericana de los años setenta, los seres hiperestésicos no tienen cabida, no son aceptados ( como muestra la música de andrógino Bowie de la época como fondo de los grandes momentos del film) , ni siquiera unos padres que confían  en las drogas psiquiátricas y el abandono de los hijos para no perder su estatus social. El arranque es demoledor, ante la soledad de uno de los protagonistas en el comedor otro le pregunta si no tiene amigos . La respuesta: " Tenía uno pero se voló la cabeza hace cinco meses". Este es el marco de inicio donde los marginados, que son , menos uno, excelentes estudiantes se reúnen para hablar de la música que nadie escucha, del teatro que nadie entiende como Rocky Horror Show , de la homosexualidad oculta para seguir siendo el macho del equipo de fútbol. No no es una pedantez, porque todo ello va bajo el continuo paso de la hierba por la cabeza y el ácido por los ojos. No son malos chicos, son singulares y únicos que solamente entre ellos se entienden y protegen ante la vida  y traumas que los padres combaten con internamientos en psiquiátricos  o sólo enviar dinero.ES UNA LECCIÓN  para los padres que entienden la educación con signos materiales y no emocionales. TODOS NECESITAMOS AMOR Y CARIÑO Y, SI LO PIDES A GRITOS ERES UN PRINGAO. Ved la peli y reflexionad sobre ésto último.....También os reiréis un montón.

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