lunes, 29 de julio de 2013

DE NADA, VIEJOS PROFESORES.

Ayer estuve con mi sobrino de apenas 4 años y el tío me dejó asombrado de su rapidez de lectura, con sus palabras difíciles y consiguientes atascamientos. Y ésto me dejó el poso del recuerdo removiéndose en mi mente como una anguila  , eso poso que yo intento olvidar. Bien, éste que aquí escribe comenzó sus primeros pasos con la lectura de mano de Dña. Carmen en 1974. Profesora antigua y de buena voluntad que durante dos años nos enseñaba con las palabras retorcidas de los cuentos de Tagore y el libro de viejos que todos piensan que es de niños porque sale un borrico ¡¡¡???:Platero y yo. Dos escritores diferentes y premios nobel que , lógicamente eran insufribles para las primeras combinaciones de letras.¡ Imagínese usted aprendiendo música con la novena de Beethoveen ( A propósito, de padres españoles emigrantes en el proyecto de una Alemania. Debe ser un sino de éste nuestro país).. Pasaron los
 años entre disléxias y castigos  e incomprensibles análisis de texto que aún sigo odiando y que solamente pudo crear alguien que no le gustaba la lectura. Ser forense de las letras , ¡ qué horror¡. Castigos y clases particulares para sacar las tripas a obras bellas y  a las que uno terminaba odiando.¿ Cómo era posible que nos mandasen analizar sintácticamente pasajes del Quijote o el surrealismo?.No guardo rencor a mis viejos maestros y maestras ya que simplemente aplicaban lo que a ellos les habían inculcado como pedagogía, o sea nada. O lo sabes o como Platero además de algún cachete. 
              Por eso hoy no hablo de arte. Escribo de ARTE con la que la nueva pedagogía ha avanzado en apenas veinticinco años. El esfuerzo titánico de personas anónimas , y no tan anónimas y de todo tipo de ideologías  supieron entender que un pueblo avanza según avanza su tecnología, sus conocimientos. Gracias a los nuevos maestros que moldean el espíritu de las nuevas generaciones para que amen las artes, las ciencias.... Y no como un servidor que devoraba libros simplemente buscando el placer de la lectura y no la autopsia de ésta. No perdamos un trabajo de al menos tres generaciones que han dado al pueblo todo lo posible por mejorar y crecer. No me importan las olimpiadas, ni el campeonato del mundo de natación, ni los panfletos ideológicos de los partidos. Solamente quiero no volver a ver una generación  escolar como la mía.

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